Oasis de Huacachina (PERU)
El oasis de Huacachina es un lugar tan
bonito e idílico. Esta laguna se
encuentra en medio del desierto de Perú rodeada de
palmeras,
se incorporó como tema del reverso del billete de 50 Soles. Pero además, aquí
se pueden practicar curiosos deportes como el “sandboard” –surf en las dunas y
los pocos lugareños te hablarán de la misteriosa leyenda de la malvada sirena
durante tu estancia.

Llegamos a Huacachina en un minibús desde
Paracas con una breve parada en la cercana Ica. El trayecto no debió de durar
más de una hora, súmale que a estas alturas del viaje ya había aprenderas a
dormir con la postura de un cuatro, por lo que tendras la sensación de haberte
teletransportado del pueblo de los leones marinos, al oasis de palmeras con una
importante atracción, las gigantes dunas de arena.
Puedes quedarte en el hostal, la Casa de Arena. Que para tu sorpresa puedes quedarte por sólo 15
soles por persona, vas a dormir en un hostal con piscina, ¡con piscina! Con el
calor que tendrás, además también puede nadar en la laguna verdosa o
color esmeralda, que dicen algunos personas romanticas

Hay tienda de ultramarinos
de al lado, y la tendera te comenta que tengas cuidado si te das un chapuzón.
Una sirena, al estilo Piratas del Caribe, atrapa cada año en el fondo de la
laguna a una persona que no sea nativo de Ica o Huacachina. No debes alejarte
mucho de la orilla. Además, las víctimas suelen ser hombres, pero últimamente
la sirena ya no hacía distinción de género. Y según residentes, tampoco le
importa ya la procedencia de aquel que quiera bañarse en el oasis.
Si bien, la gente
parece seguirte el rollo cuando preguntas por esa historia, nunca te queda
claro si te están tomando el pelo o no. De todos modos, la leyenda de la sirena
hace también referencia al origen mismo del oasis.
Mucho antes de que
llegaran los conquistadores españoles, una hermosa doncella desconsolada por la
pérdida de su amado, venía desde Tacaraca para cantar tristes canciones a la
luz de la luna llena. Un cazador se acercó una noche para poder observarla
atraído por sus hermosos cantos pero ella sintió tanto miedo que salió huyendo.
Su vestido blanco quedó enganchado en una rama y el espejo que siempre llevaba
consigo cayó al suelo formando una laguna. Al no encontrar un lugar por el que
huir, ella se metió en el agua y se convirtió en sirena. Dicen que a media
noche, cuando hay luna llena, la sirena sale a cantar sus cantos tristes y que
cada año, una persona que no es del lugar, muere ahogado en la laguna,
especialmente hombres debido al cazador.

la actividad más
típica de Huacachina, ir a surfear las dunas, o lo que es lo mismo, practicar
“sandboard”. Por 30 Soles se pueden
contratar este tipo de excursiones en cualquier hostal o agencia de viajes del
pueblo. Primero nos llevaron en unos “areneros”, los buggies del desierto, a
toda velocidad por encima de las dunas. Para mí, el viaje en estos vehículos
fue incluso más emocionante que la práctica misma del sandboard, pues no tenía
nada que envidiar a cualquier montaña rusa. Desde lo alto de las dunas, los más
hábiles conseguían bajar de pie sobres las tablas y otros simplemente nos
tumbábamos en ellas boca a bajo, alcanzando gran velocidad hasta el pie del
montículo. Ni qué decir que cuando volvimos de esta aventura tenía arena hasta
en los dientes.
Por la noche hubo cena y sarao en el hostal. A
Ana se le ocurrió decirle al camarero que aquel día cumplía años. Sin pensarlo
más de un segundo, éste se subió a la barra y le hizo un striptease para
vergüenza suya y estupefacción del resto de los huéspedes. Por mi parte,
maldije todo aparato electrónico porque justo en aquel momento estelar, mi
cámara de fotos, no quiso grabar la escena. La arena, una vez más, había hecho
de las suyas.

A real place you thought only existed in your imagination. Huacachina Oasis, Peru. pic.twitter.com/kaCmyUCAqt— Amazing viral world (@amazingviral) 30 de agosto de 2015

No hay comentarios.:
Publicar un comentario